viernes, 20 de julio de 2007

Shakespeare


Esos labios que Amor forjó en sus manos

dijeron un sonido que era de "odio"

a mí, que me moría por su causa:

mas cuando ella vio mi infeliz estado,

llegó la caridad pronto a su pecho

reprendiendo a su lengua que, dulcísima,

ya estaba muy hecha a la condena suave

y le enseñó otra forma de saludo:

"odio", dijo añadiéndole un final,

lo mismo que un día agradable sigue

a la noche, la cual como un demonio,

desciende desde el cielo hasta su infierno;

"odio",dijo alejándose del odio,

y me salvó la vida: "mas no a ti".

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